¡El Día de Muertos se acerca y con él las flores de cempasúchil, el pan de muerto y el papel picado! Todos estos son elementos típicos con los que decoramos nuestras casas, escuelas y oficinas para la festividad, pero ¿cual es el origen del bonito papel con calaveras que tanto nos gusta?
Su oscuro pasado nos remonta a una fusión entre la época prehispánica y la cultura china, siendo entre estas dos que la tradición de decorar y cortar papel se volvió todo un arte.
A mediados del siglo XIX, las embarcaciones trajeron a México el papel chino, el cual era utilizado para diversos fines en varias poblaciones locales, como la de San Salvador Huixcolotla, en Puebla.
Aquí sus artesanos comenzaron a dibujar figuras sobre el papel que más tarde eran recortadas con un pequeño artefacto de metal y se ponían en venta en las haciendas, lo que llamaba la atención de las clases altas y le dio popularidad al papel picado.
Pero ¿y su uso en las ofrendas?
Esta tradición, como mencionamos al inicio de la nota, se remonta a la época prehispánica, en la que los aztecas y otras culturas mezclaban morera con corteza de higuera para crear un producto llamado ‘Amatl’, el cual más tarde sería llamado ‘papel amate’.
Al ser resistente a la pintura, los cortes y los líquidos, este papel comenzó a cortarse y emplearse en las ofrendas que nuestros antepasados ponían a sus deidades en los templos mesoamericanos, por lo que cuando la fusión entre las artesanías poblanas y el pasado mexicano tuvo lugar, el papel picado encontró su sitio.
Entre las imágenes que se utilizan en este arte está la de La Catrina diseñada por el ilustrador y serigrafista, José Guadalupe Posada, así como una serie de motivos que hacen referencia al Día de Muertos y dejan volar la imaginación de nuestros artesanos.
Con información de Debate y Mexico Desconocido.