Recomendación semanal: Comedia que te hará creer en el amor

Para nuestra recomendación semanal, les proponemos un stand up de Netflix que le vuelve a dar sentido a la idea de comedia romántica.

Lo sé, lo sé, este título suena tremendamente rosa. Y sí, la recomendación que les tengo esta semana, queridos Erizos, es algo cursi.

Pero no tan cursi como para que quieran guacarearse en la boca, ni tan cínica para que renieguen del amor como lo hicieron con el pobre Santa Claus.

No, el especial de comedia que les voy a recomendar -y que pueden encontrar fácilmente en Netflix- es una verdadera joya del stand up contemporáneo. No lo digo a la ligera: he visto stand up desde hace años y tal vez desde Seinfeld no veía un show limpio tan genialmente articulado.

Hoy en día, ya lo sabrán, Netflix está sacando especiales de comedia hasta por los codos. Desde cosas nostálgicas como el regreso de Judd Apatow, Dave Chappelle, el mismo Seinfeld y Chris Rock hasta las imbecilidades de Sofía Niño de la Rivera y otros talentos nacionales para la vergüenza internacional.

Entre todas estas cosas, me presentaron recientemente un nombre que en mi vida había escuchado y que me tardé un chingo en memorizar: Mike Birbiglia. Y sí, como se adivina por el nombre de mafioso, éste es otro standupero neoyorkino de comedia autodespreciativa en la veta de Louis C.K. (que en paz descanse su carrera).

Pero, a diferencia de Louis C.K., la comedia de Birbiglia es mucho más tierna que sexual, mucho más romántica que cínica. Y no lo digo en mal sentido.

Este standupero en verdad me regresó la fe en una de las vetas más gastadas de la risa americana: la comedia autodespreciativa que pasó al mainstream con Seth Rogen y Evan Goldberg y sitcoms brillantes como Arrested Development y The Office.

El especial del que les quería hablar, en particular, se llama My Girlfriend’s Boyfriend (El novio de mi novia) y es una verdadera brutalidad. En este show, Birbiglia quiere contar cómo encontró a su esposa a través de toda su historia sexual: desde un primer beso incómodo, pasando por citas, despedidas de soltera, torpezas y momentos grandiosos.

Esta historia sexual y romántica es profundamente sincera en voz del extraño comediante. Digo, el tipo pasa la mayor parte del espectáculo al borde de las lágrimas contando decepciones tras decepciones.

El genial estilo en la comedia de Birbiglia te lleva por digresiones aleatorias sobre las gomas en forma de pene, la recompensa de 72 vírgenes de los fundamentalistas islámicos, los reportes policiacos y la manera en que fueron inventados los más extraños juegos de feria (tipo vomitator barrio pero en versión gringa).

Con una gracia desgastada, chistes enmarcados por silencios incómodos, la genialidad de un material obsesivamente trabajado y la manera precisa de pautar las frases, lo aleatorio en este especial se convierte en coherencia artística.

Y sí, al final, todo toma sentido en un final impactante.

Mientras, Birbiglia nos pasea alrededor de varios motivos repetitivos y todo toma sentido en su pensamiento; un pensamiento obsesionado con la cercanía de la muerte, la aleatoria belleza del romance, la necesidad de tener razón y la estupidez del matrimonio.

Con todo esto, Birbiglia cuenta una historia hermosa y hermosamente real. Aquí lo cursi no duele porque es transparente, honesto y, sobre todo, convincente.

Es extraño decirlo, pero este especial te deja risueño, sorprendido y conmovido al mismo tiempo. Y, en eso, es la comedia más original que he visto en años.

No dejen de disfrutarlo para convencerse, como yo, de cuánto apesta el amor y de qué tan necesario sigue siendo.