Microquimerismo, o ¿podría un feto sanar a su madre?

O quizá podría hacerla enfermar...

El microquimerismo es la presencia de algunas células “extranjeras” en un organismo. Es decir, cuando en un cuerpo existen células con diferente material genético al anfitrión. El microquimerismo hace referencia al fenómeno –real, no mitológico– de las quimeras; organismos con dos constituciones genéticas diferentes.

El linaje de células inmunes del feto puede mantenerse activo por décadas.

 

 

¿Y eso qué tiene que ver con fetos terapéuticos de la sanación?

Uno de los ejemplos más comunes de microquimerismo es el intercambio de células madre del feto hacia la madre. Sí, suena ridículo, pero así les decimos en español. Estas células podrían permanecer en el cuerpo de la madre hasta por 27 años después del parto. Entre 50 y 75% de las mujeres que dan a luz conservan células inmunes fetales.

 

Usualmente las células “invasoras” permanecen sin pena ni gloria dentro del anfitrión. Sin embargo, existen tres hipótesis sobre su posible efecto en el cuerpo:

  1. Podrían estar relacionadas con la aparición de enfermedades autoinmunes (cuando el cuerpo se ataca a sí mismo).
  2. Podrían ayudar en reparar tejidos lastimados o enfermos.
  3. O quizá sólo no hacen nada de nada. Células comodinas.

 

También existe la posibilidad de que las primeras dos hipótesis sean ciertas simultáneamente. Cualquier tejido ajeno a nuestros cuerpos potencialmente podría desencadenar una enfermedad de injerto contra huésped, es decir, una enfermedad autoinmune. Simultáneamente las células madres son “células en blanco” que pueden convertirse en cualquier tipo de célula. En 2015 se hizo un experimento donde los investigadores dañaron el tejido cardiaco de ratonas embarazadas. Hijosdesu…. Según las observaciones de los investigadores, las células madre del feto efectivamente se convirtieron en células cardiacas y repararon el daño en la madre.

 

 

Dato curioso:

El microquimerismo también es frecuente en los gemelos de bovinos, principalmente en vaquitas. Las placentas de los hermanos se fusionan y estos comparten flujo sanguíneo. Si los gemelos son niño y niña, las hormonas del macho masculinizarán a su hermana. Estas vaquitas se conocen como freemartin, una vaca con apariencia de hembra, pero infértil por no tener sus órganos genitales bien desarrollados.

Una vaca freemartin, hermosa y luchona (pero no por estar masculinizada).

 

 

 

Vía Snopes