La tecnología de esta robot sexual es tan avanzada que los nerds no se pudieron controlar y la rompieron

Si le debemos algo a la industria de la pornografía es su capacidad de estar siempre en la vanguardia de las innovaciones tecnológicas. En la década pasada fuimos testigos de...

Si le debemos algo a la industria de la pornografía es su capacidad de estar siempre en la vanguardia de las innovaciones tecnológicas. En la década pasada fuimos testigos de sus grandes aportaciones al divertido mundo del Internet, y ahora vemos cómo el porno anda probando las aguas de la robótica, invadiendo así el giro de las sexoservidoras.

Dentro de este terreno, una empresa de Barcelona ha dado grandes pasos en lo que respecta a la inteligencia artificial de sus muñecas robóticas. Su ejemplar estrella se llama Samantha, y este sexbot fue uno de los grandes atractivos del Ars Electronica Festival en Linz, Austria.

Aquí una pequeña muestra de sus aptitudes:

https://www.youtube.com/watch?v=SytuxY1sU6M

Pues bien, tal fue su éxito en el festival que la pobre sexbot fue averiada (por no decir agredida) a causa de la gran cantidad de gente que se trepó a su cuerpo como “bárbaros”. Su creador, Sergi Santos, pudo hacer poco para controlar a los nerds que jalaban su cabello, le rompían los apéndices y apretaban sus senos con la fuerza indebida. “Quedó demasiado sucia”, dijo Ramos.

La gente puede ser mala. Debido a que no entendían la tecnología y no tenían que pagar por ella, trataban a la muñeca como bárbaros.

Afortunadamente, Ramos dijo que Samantha puede aguantar bastante y fue enviada de regreso a la fábrica para ser reparada.

Samantha es capaz de reaccionar al toque de los usuarios de acuerdo al punto de contacto. Por ejemplo, si tus manos acarician su rostro, la reacción será distinta al contacto de tu mano con su cintura. La inteligencia artificial del robot incluso le permite recordar el rostro de una persona que ya vio anteriormente, entre otras maravillas que te dejarían algo pasmado.

Otro dato que te dejaría pasmado es su precio. Samantha tiene un valor en el mercado de 3,700 euros (casi 80 mil pesos), pero aún así hay demanda. El inventor español presumió que hasta la fecha ha logrado vender 15 Samanthas. Esto obedece a las tendencias actuales en los burdeles de países como Austria, donde los clientes prefieren interactuar con un robot que con un ser humano.

Cada quien.

https://www.youtube.com/watch?v=r0Y2Q4IDFNQ

Via Daily Mail.