La manteconcha fue una de las piedras angulares del 2018, dejándonos en evidencia que habíamos ignorado a un gran alimento con capacidad universal: la concha. Para no dudar que sus posibilidades son ilimitadas, tenemos una nueva versión de ella: la mazaponcha.
Este engendro del dulzor y de la mezcla de sabores, texturas y variedades de la masa, llega para suplir a la guajoloconcha, la manteconcha, la conchurra, la doncha, el mentemuerto, la conchilaquiles y todas esa aberraciones de la confitería y la repostería que nos recuerdan que no podemos jugar a ser dioses.
Sin embargo, todas se ven tan desagradablemente deliciosas… menos esta, que es una muestra clarísima de que se puede llegar a hacer algo hermoso a través de algo tan terrible como experimentar en las pobres e inocentes conchitas.
La manteconcha combinaba las dos peores partes de un pan; la doncha solo intentó hacerse pasar por una concha cuando realmente era una dona con pelo; los conchilaquiles… bueno, no queremos decir nada, porque además tendríamos que recordar la peor aberración, que fue la guajoloconcha.
Sabemos que esto es, para ti, un logro más de la modernidad, pero puede que sea el único. Las guajoloconchas, la manteconchas son errores que tal vez deberíamos olvidar que sucedieron en esta vida.
Por ahora, conformémonos con que de tanto experimento raro, salió algo que podemos llamar con todas sus letras: una concha. Admirémosla en todo su esplendor y rindamos tributo a ella y a todo su hermoso sabor.