The Knife aún debería existir y el mundo sería mejor

Algunos nos cortamos las venas desde que dijeron adiós

Hace más de 15 años conocimos a un grupo que nos voló la cabeza con su extraño sonido, su look y los mundos que construían con sus peculiares melodías y mundos hechos de sintetizadores, beats y voces hipnóticas. Esa banda era  The Knife.
Cuando nada de lo nuevo que ofrece la música te sorprende y te das cuenta que todo te aburre, siempre puedes regresar el tiempo y echarte un clavado en discos como éstos y de paso recordar como se merece a esta gran banda, que tal vez se fue demasiado pronto, pues nosotros queríamos seguir cortándonos con el filo de su música y la profundidad de su sonido.

Escuchamos a The Knife por primera vez por ahí de 2001, año en el que nos presentaron su magnifico disco homónimo, y aunque de primera escuchada muchos no entendían que estaba sonando, se quedaron atrapados y listos para clavarse más ese sonoro cuchillo.

La cortada que se provocaron con su música los hermanos Karin Dreijer Andersson y Olof Dreijer fue tan grande que en 2003 estábamos listos para sentir con profundidad Deep Cuts, cerrar los ojos y bailar sin temor a tener buen ritmo o vernos coordinados, porque lo único que importaba era sentirlos y dejarnos llevar.

Después, en 2006 nos presentaron su Silent Shout y ya estábamos listos y emocionados por poder apreciar su belleza y por imposible que nos pareciera, clavarnos un poco más ese cuchillo lleno de beats rompemadres.

A estos tres discos le siguieron Tomorrow, In a Year de 2010 y Shaking The Habitual de 2013, dos obras diferentes a lo que estábamos acostumbrados, pero llenas del misterio que los caracterizaba y las alucinaciones sonoras que provocaban en tu cerebro una vez que dabas play.

Pero como todo lo bueno que nos da la vida, esa banda sueca que nos despertó a una realidad desconocida tenía que llegar a su fin y The Knife dejó de hacer cosas y anunció su fin en 2014 y se dedicaron a preparar y presentar una última gira con algunos shows en vivo donde algunos afortunados pudieron experimentar por última vez esa cortada tan bonita que provocaba The Knife

Puede que las canciones de The Knife no hayan conquistado a todo el mundo, pero una cosa es segura: una vez que los escuchas, se te graban inconscientemente y después te descubres con ganas de querer escucharlos de nuevo.

De todos sus discos, Silent Shout, el tercero, es el más aclamado y recordado por haber sido bien recibido por los ojos y oídos de los críticos y del público que había hecho clic con su música.

Tanto las canciones como los videos de los hermanos Dreijer siempre eran un viaje garantizado a una dimensión que no conocías, o no te atrevías a pisar, pero una vez dado el paso, no había vuelta atrás, y hasta ahora no ha habido alguna señal de que ellos extrañen hacer música juntos tanto como nosotros extrañamos escucharlos haciéndola, y esperamos de verdad que eso vuelva a suceder en algún momento, pero de aquí a que eso pasa, solo nos queda pasar el mensaje de cuánto rifaban a aquellos que no tuvieron la oportunidad de vivirlo y disfrutarlo en su momento.