#YoTambién, (volver a) denunciar la violencia sexual en las redes

El poder de dos palabras

La actriz Rose McGowan acusó públicamente al productor Harvey Weinstein de violación. Lo que vino después han sido, en cierto sentido, días muy oscuros en los que se ha exhibido la sistémica violencia sexual y el grado de impunidad en la “elite” hollywoodense. Pero en otro sentido también han sido días luminosos, llenos de valentía y solidaridad para denunciar y afrontar el problema.

“Rose, yo también…”

La cantidad de rostros célebres implicados han contribuido a que estas historias estén recibiendo el foco de atención mediático, pero lo que sucede en Hollywood no es un fenómeno exclusivo ni extraordinario. Como un ejercicio para echar luz a la extensión del problema del acoso (que en principio es un problema de género), la actriz Alyssa Milano (Charmed) compartió el siguiente mensaje en su cuenta de Twitter:

Yo también.

Sugerido por una amistad: “Si todas las mujeres que han sido sexualmente acosadas o agredidas escribieran ‘Yo también’ como estatus, quizá podamos darla a la gente una idea de la magnitud del problema.”

Si has sido sexualmente acosada o atacada escribe ‘Yo también’ como respuesta a este tuit.

Rápidamente la campaña agarró fuerza con el hashtag #MeToo, en su idioma original. Otras mujeres famosas como Anna Paquin, Debra Messing, Rosario Dawson, Viola Davis y Evan Rachel Wood respondieron a la convocatoria.

Pero, naturalmente, no fueron las únicas. Multitudes de mujeres virilizaron el hashtag, algunas contaron su experiencia, otras prefirieron no hacerlo (porque no le deben explicaciones a nadie). Algunos hombres también participaron, recordándonos (por si a alguien se le olvidaba) que la violencia sexual no es exclusiva (aunque sí desproporcionada) y los varones también pueden sufrirla. Sin embargo, vale la pena considerar que no todas tienen acceso a las redes sociales, que no todas participaron en la campaña y que no todas sobrevivieron a su ataque. Lamentablemente esto sigue siendo la punta del iceberg.

¿Y en español?

En América Latina la campaña llegó como #YoTambién, y aunque no tuvo el alcance y el poder del #MiPrimerAcoso de abril de 2016, volvió a funcionar como un ejercicio de aceptación del trauma, liberación de la vergüenza y expresión de que lo que está sucediendo (y su normalización) no está bien.

https://twitter.com/paosideral/status/920007354401394688

https://twitter.com/Akioestefania/status/920015008309768193

En la sororidad y en la exposición (denunciar las cosas por su nombre) están los primeros pasos para solucionar la epidemia de violencia sexual y de género, pero aún falta camino: falta que todos escuchemos, atentamente, el mensaje; falta que las masculinidades nos cuestionemos cómo permitimos tanta barbarie.