Winston es un tegu argentino o lagarto overo con una particularidad: sufre de trastorno de ansiedad por separación. O por lo menos así lo describe la humana que lo adoptó, Sarah Crow, de Michigan, Estados Unidos.
Un comienzo difícil
Crow se enamoró del lagarto de unos 7 kilos y 1.2 metros de largo cuando aprendió de su pasado. Aparentemente, Winston tuvo una ruda infancia. Antes de caer en los brazos de Crow, el tegu argentino fue rescatado por la Sociedad Zoológica de The Great Lakes tras ser abandonado en una caja de cartón. Realmente no sabemos quién fue su primer cuidador y en qué condiciones tuvo al lagarto bebé, pero parece que eso marco el comportamiento del guapo tegu.
Amor a sangre fría
Eventualmente la Sociedad Zoológica se desmanteló y Winston quedó en la indigencia hasta que 2015 fue adoptado por Sarah. Esta joven mujer ha cuidado de muchos reptiles, y en su experiencia Winston es muy particular. Mientras que el resto de sus protegidos de sangre fría la “toleraban” o la buscaban por su calor corporal o comida, Winston le parece genuinamente cariñoso.
Winston disfruta de acurrucarse y lamer a Sarah. Si ella limpia su hábitat, el lagarto la interrumpe subiéndose a su espalada. Estos episodios de cariñitos y el amor reptil suelen durar una hora. Sarah también asegura que Winston es muy juguetón; no recoge balones que le son lanzados, pero tiene una personalidad curiosa y energética.
Sin embargo, si Sarah se separa por más de un día de Winston, el lagarto se pone destructivo y hace desmanes. Sarah se lo adjudica a ansiedad por separación. Quizá sí, quizá no, lo único de lo que estamos seguro es que Winston es un guapo.
Vía DailyMail