“Hola Karen Arely, te amo y nunca me olvides porque yo te amo y no te voy a dejar… yo te amo”. Sencillas y dulces palabras, particularmente dulces si consideran que las dice un morrito que aún conserva su voz de niña.
Pero aquí lo importante no es la gravedad o virilidad de la voz, sino la franqueza con la que este chavito abre sus sentimientos para Karen y el infortunio (para él, para nosotros es pura dicha) de la viralidad de su mensaje de amor y redención. Recuerden: lo que sucede en Internet, es dominio público. Aguas con sus declaraciones de amor.
“Fui un idiota, te perdí pero… ? te amo ? te aaaamo ??”, dice nuestro amante imaginario antes de concluir su mensaje con un “no me dejes… en serio te amo”. ¡ARGH! JUSTO. EN. EL. CORA… EN. SERIO.
Personalmente no hay ninguna Karen que haya robado nuestros suspiros y ensueños, pero tampoco somos peculiarmente guapos y conocemos muy bien el dolor del rechazo, pequeño enamorado. Compartimos tu dolor.
No sabemos quién eres, no sabemos de dónde vienes (y francamente no nos importa y esperamos que nadie capitalice tus 5 minutos de fama a la Ruby o Lady Wuuu), pero ten por seguro que tú y tu mal de amores estarán en nuestras oraciones.
O lo estarían si oráramos.
Quizá ahora seas un fantasma para Karen, pero nosotros no te olvidaremos*.
— @avenusenunbarco (@avenusenunbarco) December 27, 2017
*No garantizamos que el recuerdo sobreviva este fin de semana.