Todos hemos caído una vez. Ya sea por aberración, curiosidad o calentura en algún punto de nuestra vida terminamos descargando Tinder.
Una vez dentro, queremos probarnos a nosotros en este mercado de la carne. Cuántos likes conseguiré, cuántas citas. Me hacen más caso a mi que a mis amigos… es un mundo horrible, y aún así, ahí estamos, deslizando a diestra y siniestra, buscando alguien con quién pasar el rato.
Podríamos adivinar que es cuando pega el frío, que los mexicanos buscamos desesperadamente algún gatito que nos caliente lo nuestro.
Sin embargo, según las estadísticas de Tinder, es en Primavera cuando el mexicano busca un poco de amor.
Durante los meses de invierno, la actividad en Tinder disminuye un 20 por ciento, en comparación con primavera y verano.
Según un estudio realizado por la Universidad Loyola de Chicago, esto se debe al sol y la vitamina D.
El estudio Vitamina D y depresión: ¿dónde está la luz del sol?, afirma que cuando nos falta vitamina D, somos más propensos a deprimirnos. Durante invierno, la falta de esta vitamina provoca que queramos estar hechos bola en la cama viendo capítulo tras capítulo de alguna serie, en lugar de estar buscando saciar las ganas de… calor humano.
Cuando hace calor estamos más contentos, llenos de endocrinas y dispuestos a aventurarnos en una mala cita con tal de obtener apapacho.
Como prueba irrefutable de esta teoría, la ciudad del país donde hay más posibilidades de hacer match es nada más y nada menos que Isla Mujeres.
Otro dato curioso es que el mexicano prefiere ligar los domingos por la tarde, lo cual tiene sentido. Es la mejor manera de palear los horribles lunes.