Un hombre que vio cómo un ladrón intentaba robar su lujoso automóvil Mercedes-Benz en una lujosa calle del área de Chelsea, al oeste de Londres, salió a la calle en bóxer para intentar detenerlo.
Lee también: Ladrón roba microbús ¡con un sable samurái!
El altercado sucedió justo donde se ubica el restaurante Maze Grill, propiedad del famoso chef británico Gordon Ramsay, más o menos a las 9:30 de la noche.
Al grito épico de “¡elegiste el auto equivocado!”, el sujeto de bóxer, posiblemente el dueño del automóvil, salió a la calle con la ropa con la que suele dormir, para tacklear a su supuesto ladrón y aplicarle un fuerte candado del que no pudo liberarse.
Por varios segundos el sujeto mantuvo a su ladrón en el pavimento, forcejeando constantemente y gritando cosas como “¡no vas a ir a ningún lado, amigo. Debes ser idiota!”.
El ladrón, que en el video viste como motociclista (ya sabes, jeans azules, botas y chamarra de cuero), fue sorprendido intentando romper el cristal trasero del auto segundos antes de que su dueño saliera a defender sus pertenencias.
Según testigos, al ver que dañaban su amado vehículo, el héroe sin capa bajó de su departamento en cuestión de segundos para confrontar al ladrón sin miedo alguno a pesar de que andaba descalzo y en puros bóxers.
En un punto del video el sujeto descalzo llegó a decirle al ladrón que si no dejaba de forcejear, tendría que golpearlo en el rostro aun cuando no quería hacerlo.
“Tuvo al ladrón en el suelo y le arrancó el casco de un movimiento,” dijo un sorprendido vecino que vio todo.
Al ser más fuerte y pesado que el ladrón, el sujeto lo mantuvo sometido por varios minutos hasta que llegó la Policía y se lo llevó.
Fuentes locales indicaron que el sospechoso, de unos 19 años de edad, tuvo que ser atendido en el hospital debido a que presentaba varias heridas en su cuello y cuerpo.
Y es que sí, el dueño parecía un verdadero toro enloquecido cuando lo atacó.
Algunos testigos dijeron que el sujeto del bóxer tal vez jugó rugby o recibió algún tipo de entrenamiento en lucha grecorromana, porque parecía que sabía lo que hacía.
