Contempla la ternurita salvaje de un erizo acampando

Este tierno erizo tuvo un hermoso día de campo al lado de su ama... solo que la historia detrás de las fotos no es tan adorable

Hola plebeyos, vengo a matarlos de ternurita con las fotitos que me tomó mi humana en nuestro campamento por territorio salvaje. Te aseguro que jamás has visto a un erizo más lindo que yo.

La gente cree que los Erizos somos criaturas silvestres, que estamos acostumbrados a vivir a la intemperie.

Nada más lejos de la verdad. Desde que se puso de moda tenernos como mascota nos hemos adaptado rápidamente a la jungla de concreto y nos hemos puesto gordos. No de forma linda tipo “ay que gordito”, gordos nivel CERDO, horas en el celular nos han deteriorado la vista al punto de quedar prácticamente ciegos.

Nuestra capacidad para cazar también se ha reducido, a lo mucho intentamos alcanzar el último cheeto de la bolsa sin ahogarnos.

Sin embargo, con todo y lo inútiles que nos hemos vuelto, seguimos siendo super tiernos, asegurando nuestra supervivencia siempre y cuando aceptemos a dejar en el camino una cosa: nuestra dignidad.

Así es, para asegurar la chuleta, un erizo casero tiene que dejar que su human@ le ponga sombreritos, lo saque de día de campo [aunque somos animales nocturnos] y lo haga posar junto utensilios miniatura que ni siquiera funcionan. En fin, es una pesada carga pero alguien tiene que fajarse y convertirse en el ser adorable que este mundo necesita.

En cuanto llegamos, me puse a buscar un lugar para construir mi madriguera, pero mi humana me dijo muy seria “¿A dónde va Sargento Espinas?, Usted tiene su tiendita especial”, y me colocó en la entrada de una tienda de campaña que desde ahora convertiré en jirones con mis afiladas púas.

El llamado de la naturaleza era intoxicante, mis instintos primitivos despertaron y corrí hacia la maleza en busca de presas.

La sed de sangre se apoderó de mi y guió a mi fino olfato hasta un claro en donde un perro chihuahua ladraba incesantemente, lo asesiné con mis propias manos… bueno la verdad intentó tragarme y me atoré en su garganta hasta que murió asfixiado.

Trocee su cuerpo para asarlo en el campamento… pero no teníamos carbón así que pedimos una pizza.

Frustrado, y previendo el frío nocturno, salí en busca de leña para hacer una fogata, no necesito de hacha ni herramienta alguna, es bien sabido que nuestros antepasados los erizos prehistóricos derribaban secuoyas al girar con sus espinas como si fueran motosierras.

Avisé que volvería pronto pero la estúpida humana mi adorada ama, me dijo que era muy peligroso, tomó la ramita de un arbusto y la partió por mi. En la foto se puede apreciar mi grito interno saliendo por mis oídos sonrísa de satisfacción por una labor bien lograda.

Finalmente, me decidí a escapar por un río, era de aguas negras pero ¿qué se le va a hacer? Incluso conseguí convencer a la mujer que me cuida de que me vería adorable en una balsa, la boba me la consiguió a medida. Ilusa, aprovecharía sus horas de sueño para escabullirme y regresar al naturaleza.

Lo único malo es que mis agujas poncharon mi balsita instantes después de que me tomaran la foto. El ruido alertó tanto a mi humana que regresamos a casa en ese mismo instante.

No te preocupes naturaleza, regresaré pronto para domarte y convertirme en el señor de los matorrales.

Con información de. La madre tierra