Escribir un CV es de las partes más ociosas y complejas de solicitar trabajo. Además de que te estarás esclavizando de manera voluntaria, tienes que demostrarle al empleador que mereces ser esclavizado. Para este muchachón fue todavía más difícil, porque no tenía con qué imprimir su placa profesional.
Pues la historia es así: un chaval llegó a preguntar si había trabajo en la zona… pero no había y, como sabemos los que nos ha urgido la chamba, para andar mendigando la chuleta debemos llevar nuestro CV para dejarlo como si fuera propaganda de pizzería, pero este muchachón no podía darse ese lujo.
Por eso mismo, con toda la pena encima, pidió un espacio donde escribir su escueto pero valioso documento con sus experiencias laborales y aptitudes. Él ya llevaba su pluma y su cuaderno porque ya sabía que no podía irse sin, al menos, dejar uno.
Sabiendo lo complejo y poco profesional que esto se veía, pidió disculpas en la misma hoja donde dejó escrito que tiene experiencia en: albañilería, como mozo (mesero), asesor comercial en concesionaria y como lava lozas.
Aunque esto parecía solo otra mala experiencia para Carlos, la persona que lo atendió trató de ser medianamente empática y marcó su hojita para que se le considere en cuanto sea posible darle un empleo.
Historias como estas nos hacen ver que hay muchas cosas más importantes que ser re farol en la vida. Es cierto que la experiencia de Carlos es poca y que sus condiciones le dificultan todavía más el poder optar por un trabajo.
Pero de que se puede se puede, ahí afuera hay más como él que requieren también ayuda para conseguir mejores oportunidades, así que si algún día ves a alguno que lo requiere, no seas orate y ayúdale. El mundo puede ser mejor si tú también lo decides.
