Culpó al perro del olor de sus pedos y su esposa gasta miles en veterinarios

La pareja terminó separada.

Echarle la culpa a los animalitos bebés nunca será lo mejor, pues un hombre culpó al perro del olor de sus pedos y provocó que su esposa gastara miles en veterinarios para descubrir qué le pasaba.

Las mentiras de un hombre llegaron a un extremo tan grande que propició su separación luego de que pasara meses culpando al perro de un “olor a huevos podridos” en su casa, el cual llenó de ansiedad a su esposa embarazada.

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Hombre culpa al perro del olor de sus pedos

Esta historia podría parecer absurda, pero es real y la dio a conocer una mujer en Reddit, donde contó que una noche sintió un olor asqueroso al que su esposo respondió haciendo caras desagradables.

Lo que le hizo pensar que se trataba del perro, a quien llevó inmediatamente al veterinario, quien descubrió que estaba completamente sano.

“Tenemos un perro, Jerry. Es un amor absoluto y lo amo mucho. Yo creí que algo andaba mal con él porque el olor era como a huevos podridos. El veterinario estaba extremadamente confundido y ordenó un montón de pruebas que costaban mucho. Todas las pruebas mostraron que el perro estaba bien”, relató la mujer.

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Tras esto, la mujer decidió cambiar la dieta del perro, sin embargo, el olor a pedos no desaparecía ni siquiera poniendo velas. Lo cual provocó que ella se preocupara demasiado al no saber qué pasaba con el lomito.

Pues la mujer estaba embarazada y su olfato era más agudo, lo que provocaba que sintiera asco de este olor que permanecía en las habitaciones.

“Mi ansiedad comenzó a golpearme, ¿qué pasa si hay algo mal con él? ¿Y si lo perdemos? Estoy tan estresada. Ya hacía cinco semanas que había empezado todo este calvario y llegó a un punto de ruptura que me eché a llorar desconsoladamente (…)Tuve un colapso total sobre posible pérdida de Jerry”.

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Esta mentira creció tanto que provocó problemas entre la pareja hasta que su esposo no pudo más y admitió que culpó al perro del olor de sus pedos. Lo cual terminó peor, porque se separaron y ella le pidió pagar la mitad de las cuentas del veterinario.

“Lo eché de la casa y fue a quedarse con sus amigos. No le importaron los gastos ni las visitas al veterinario, ¿se necesita un ataque de pánico total y un colapso mental para decir la verdad? Si le es tan fácil mentir durante tanto tiempo, ya no confío”.

Aunque es una historia bastante irónica, deja una gran lección para futuros amores y es que nunca, pero nunca, debes culpar al perro del olor de tus pedos.