Cesur es un perrito que hace un año perdió a su único y mejor amigo en su vida, su amo Mehmet Ilhan.
En enero de 2017 Mehmet murió a los 79 años de edad, tras mucho tiempo de sufrir una enfermedad que lo dejó paralizado.
Durante sus últimos momentos Cesur le hizo compañía y Mehmet se sintió feliz y complacido de tener alguien con quien compartir su vida en su humilde casa de la ciudad de Bursa en Turquía.
Ali, el hijo de Mehmet, dijo a un diario local que cuando internaron a su padre en el hospital Cesur se negó a comer por días.
The Dodo, el portal que divulgó la nota fuera de los medios turcos, dijo que durante la procesión fúnebre Cesur estuvo al frente, siguiendo de cerca el féretro donde llevaron a Mehmet.
En la foto de la ceremonia se le puede ver a Cesur desolado al despedir por última vez a su amigo.
Una vez enterrado el amor que sentía el perrito por su amigo no se disipó sino que continuó fuerte.
Luego de la muerte de su padre Ali adoptó al bueno de Cesur y durante los cinco primeros días después del funeral, el perro “insistió” en ir al cementerio donde lo habían enterrado para visitarlo.
Ali llegó a contar que cuando entrevistó a los trabajadores del cementerio estos le contaron que lo primero que veían al abrir el acceso por la mañana era a Cesur dirigirse directamente a la tumba de Mehmet para cuidarla durante horas.
El hijo de Mehmet dice que por respeto a su padre y por el gran amor que siente el perro por él, cuidará de Cesur para que no sufra, pero que aún no sabe cuándo dejará de visitar la tumba de Mehmet.
Por ahora Cesur lleva una vida cómoda con Ali y su familia, pero si algo nos rompe el corazón es ver cómo un perrito llegó a serle tan fiel a su amo aún después de su muerte.
