Ya llegó ese bonito momento donde tu mamá te manda a desenredar las luces y a probar, foquito por foquito hasta encontrar cuál está fallando. Si tienes conciencia ecológica de millennial-vegano-pet-friendly, seguro optaste por un arbolito de plástico sin gluten, pero si eres de los que se deja llevar, probablemente ya fuiste al Ajusco a talar tu propio pino.
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Para que no estés a duras penas llegando a Día de Reyes, aquí te decimos qué hacer para que tu arbolito de Navidad natural no se muera en dos días.
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Asegúrate de que puedas regarlo.
Es decir, que en lugar de estar empotrado a una cruel base de madera, esté en una maceta o un recipiente donde pueda recibir agua. El agua es vida, no lo olvides. Cuando lo compres, pide que le corten un pequeño disco en la base, para que el tronco reciba agua desde una zona lo más fresca posible. Mantén húmeda la base.
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Consigue la base correcta
Necesitas una base un poco elevada para que haya espacio para colocar el recipiente con suficiente agua y que tenga el soporte suficiente para que no se caiga.
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Ubicación
No lo pongas cerca de lugares que irradien mucho calor, pues esto ayudará a que tu arbolito se seque.
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¡AGUA!
Asegúrate de que SIEMPRE tenga agua el recipiente. Checa constantemente, pues los arboles absorben muchísima agua.
Vía: Lifehacker